miércoles, 4 de diciembre de 2013

CUENTO- SIN TITULO



SIN TITULO
Es acaso que nadie cree la siguiente historia, historia de un viejo desconocido que viajaba de pueblito en pueblito buscando la verdadera historia de su vida. Al caminar por la vereda que daba hacia la vieja y casi inservible casulla de doña Inés encontré un viejo perro mal herido y que  alrededor de el se encontraban cuernos, buitres y otros animales carroñeros esperando la muerte de dicha criatura, al ver esta situación decidí actuar con cautela para no ser visto por aquellos animales y salvar al indefenso perro viejo.
-Doña Inés. Doña Inés, en donde se encuentra, traigo un amigo mal herido. Pero es acaso que no me quiso responder la pobre viejita. Apareció aquella silueta, la sombra de la sabiduría y del conocimiento, apareció Doña Inés cansada y sucia, acaso sufrió un ataque de algún desconocido. –Hola hijo mío, que te trae por aquí, no ves que estoy un poco indispuesta, acaso no ves el milagro que acabo de realizar… Pocos sabia que Doña Inés era la curandera de la región, todos acudíamos a ella por su habilidad por sanar, proteger y ayudar al mas desamparado. – Ayuda, Doña Inés, este pobre perro esta herido, cúrelo, se lo suplico y le juro que cuidare de el.
Doña Inés me miro y sin decir nada el perro empezó andar, sus heridas sanaron y me fui de ese lugar sin antes agradecerle su amabilidad. De regreso a mi casa la noche me tomo por sorpresa quedándome a la mitad de la nada, necesita un refugio, al holocausto se veía una cueva, decidí entrar, sin antes juntar ramitas, basura, hojas todo lo que podría servir para tener una fogata. Mágicamente vi como ese viejo perro se trasformaba en un viejo anciano, se levanto me tomo del hombro y agradeció por todo lo que hice por el. Al salir el viejo anciano me dijo: -He estado vagando por muchos lugares viendo las consecuencias de mis actos, y mira que son demasiados, yo no entendía lo que me trataba de decir, al tratar de acercarme nuevamente a el simplemente cayo un rayo sobre un árbol y este cayendo sobre el anciano, trate de volver a salvarlo pero el viejo anciano se convirtió en polvo, polvo que se fue junto al viento, viento que regreso al holocausto.
-Hijo mío, hijo mío, despierta no ves que ese perro es tu dios, tu padre celestial, el que tiene vida eterna… me dijo Doña Inés al verme tirado bajo los rayos del sol, muy cerca de donde encontré el,,, que encontré?.

PEDRO GERARDO GUITIERREZ BRAVO

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