EL MIEDO
Siempre se había sentido diferente a los demás, pero en
realidad nadie sabía el porqué de sus actos y por qué pensaba de esa manera. Hacía
caso omiso a palabras o regaños, ni si quiera el mismo lograba entender el porqué
de sus actos.
Sus amigos le decían que era una persona fuerte y
especial y que si se daba el tiempo de pensar, el mismo podría darle el sentido
que busca en la vida, era como decir yo quiero y en algunas ocasiones era el
quien debía de dar el primer paso para lograr ser la persona que dijera yo
quiero y si puedo.
Quizás el ritmo de vida que llevaba era lo que lo hacía
sentirse dócil y algunas veces diferente a los demás.
Pero un día se hartó, el trato de alejarse de todo lo que
lo rodeaba, y decidió dejar su hogar. Al principio pasaron semanas y nadie noto
su ausencia, el caminaba sin rumbo ni destino fijo, al darse cuenta de que no
llegaba a ningún lado, decidió descansar en el largo sendero por el cual
caminaba, dicho sendero estaba lleno de serpientes con alas y unos enormes leones
verdes. Al despertarse observo que en el camino cada vez se hacía más estrecho
y conforme daba un paso se aparecía una serpiente cada vez más grande y con las
alas más pequeñas, continúo su camino sin mirar atrás.
Durante todo su recorrido noto la ausencia del cielo, ya
que cada vez se convertía en una obscura cortina de humo con rayos rosas que defendían
cada vez más y con mayor frecuencia, al momento de voltear hacia su lado
derecho vio que una de las ramas de una de las jirafas se caía y rompía en frente
de él obstaculizando su camino, al verse sin salida ya que no podía dar marcha
atrás debido a que el camino desaparecía, al pasar unos minutos decidió pedir
ayuda a la fortaleza que se encontraba en ese momento cortando leña de una de
las jirafas al acercarse la fortaleza lo miro con su enorme boca y exclamo con
uno de sus fuertes brazos,- que necesitas? Al sentir el gran aliento de la
fortaleza sintió la grandísima necesidad de pedir su ayuda. Sin que dijera
alguna palabra, la fortaleza con sus largos ojos movió y quito de su camino esa
gran rama de jirafa que obstaculizaba el camino, sin agradecer a la fortaleza
el continuo con su largo camino.
Debido a lo que le había ocurrido momentos antes decidió
continuar con más cautela, sin embargo cada vez se volvía más difícil caminar
ya que enormes enanos aparecían para burlarse de su travesía. Cansado de los
enanos decidió enfrentarlos. Los enanos tenían el enorme poder de hacer que las personas lloraran.
Paso varios días caminando solo por aquel enorme sendero,
cuando de la nada el sendero se divida en dos caminos, uno de ellos lo llevaría
rumbo a la felicidad, mientras que el otro lo conducía a la tristeza, se
encontraba en un gran dilema, motivo por el cual estuvo al borde de la locura.
Con gran decisión e ignorando las consecuencias por la decisión que tomaría se
fue por el camino de la tristeza.
Al comienzo todo era normal por el camino de la tristeza,
pero al pasar 10 minutos vio que todo era diferente a lo que había pasado
anteriormente. El camino estaba iluminado con búhos, por las orillas del camino
pasaban pequeños arroyos en los cuales flotaban unos pequeños pedazos de
cascara de nuez, que al notar su presencia comenzaron a saltar de un lado a
otro como si supieren lo que estaba a punto de pasar. Algunas de esas cascaras
se peleaban por estar en lo alto del arroyo para que estas pudieran ser tocadas
por los rayos luminosos que ejercían sobre ellas los búhos de luz, para así
poder ser evaporizadas y al final cuando volviera a caer lluvia pudieran regresar
a su hogar. Al ver tan inexplicables actos de las cascaras de nuez comenzó a
comprender un poco acerca de las criaturas que se iba encontrando en el camino,
y llego a la conclusión de que todas luchaban por regresar a su hogar lo
contrario de lo que él estaba haciendo alejarse de su casa.
Sin rumbo alguno continuo con su travesía la cual poco a
poco comenzaba a ser más interesante y pretensiosa, llego un momento en el que
sintió que no podía recorrer más ese camino el cual pensó que sería más corto y
fácil, pero resulto ser más largo y difícil, lamentándose de no haber escogido
el segundo camino.
En un momento quedo sorprendido al ver que un caracol
intentaba seducir a una rosa, se quedó callado y solo observo tal
comportamiento mientras el caracol tejía un hermoso vestido de saliva para la
rosa, a lo cual se preguntó cómo iba a hacerle para llegar al final del camino
por que se encontraba cansado.
Después de un mes de recorrer por aquel largo sendero y
al atravesar lo inexplicable, se dio cuenta que entre más aclaraba su cabeza el
camino se volvía mas fácil de cruzar, a su paso observo a un murciélago que
escapaba de una colilla de cigarro. El murciélago huía temeroso montado de su
almohada en llamas, una de las colillas de cigarro comenzó a brotar lágrimas
pintadas de un color rojizo a lo cual se cuestionó por qué lloraba. La colilla
de cigarro comento que él se encontraba así por que el murciélago estaba
huyendo con un tesoro que tenía la coílla. Dicho tesoro contenía un par de alas
de ángel las cuales utilizaba para regresar a su casa.
El retomo su camino y se quedó pensado en el hecho de
cómo iba a hacerle la colilla para regresar a su casa. De pronto escucho un
gran ruido y al voltear se dio cuenta que el ruido provenía de un mosquito el
cual nunca noto pero lo venía siguiendo durante toda su travesía.
Ignorando el hecho de que el mosquito lo siguiera, y sin
darse cuenta cuanto tiempo había transcurrido desde que había abandonado su hogar.
Pero él había llegado al final de ese camino que lo había atormentado tanto, al
finalizar el recorrido por el camino de la felicidad se dio cuenta que él
estaba lleno de dudas, y sin saber qué hacer ni cómo reaccionar ante todo lo
vivido se dio cuenta que del motivo de su viaje.
El cual le sirvió para darse cuenta que él era el
encargado de dar fuerza a las personas y pudieran superarlo. En pocas palabras
él vivía en la mente de todos los seres humanos.
OMAR ULISES GARCIA MUÑOZ
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